Otro blog

Un blog realizado hace unos años por Merlina misma, con varias notas más.
http://dudasyalgomas.blogspot.com/
Este blog es para todos aquellos que escribieron -y escriben- a Merlina y a sus familiares agradeciendole a ella por las cosas que dijo e hizo. Desde personas con Cáncer u otras enfermedades hasta mujeres con problemas en sus hogares.
Este es un espacio para volver a divertirse y pensar con lo que ella decía.
No hay un orden específico en los posts. Ni están organizados por tema ni cronológicamente.
Algunas cosas fueron escritas para distintos medios y otras simplemente por placer.
Espero que puedan disfrutarlas tanto como yo.

Julian Borensztein, hijo de Merlina.

Crash financiero o de pareja?

Palabras claves como pérdida, caída, amenaza, coyuntura, recesión, crédito y depresión, se cuelan a diario en nuestras conversaciones…Desde el análisis de los gurúes financieros hasta la animada conversación en la cola del super el tema es el mismo: Cómo te afecta o te afectará la crisis financiera…

Los matrimonios argentinos, ya se curtieron en otros tsunamis, y el que no fue arrastrado por la ola de la debacle en el 2001, resurgió para olvidar rápido aquello que afectó en un momento el hogar dulce hogar. Bienvenida la experiencia entonces. Más de un argentino puede dar cátedra y explicar que en cuestiones de bolsillo apretado, lo que en otros lugares del mundo tienen que pasar ahora se podría resumir en un – lo que vos tenés que aprender yo ya me lo olvidé-

Cómo es el culebrón clásico que puede protagonizar una pareja por estos días?

Las parejas se pasan facturas. Se echan la culpa y no importa quien trae el dinero a casa ni como se invierte: El coloca mal, o ella gasta de más y viceversa…

El marido- aquel experto en invertir bien el dinero de los dos-pasa de ser un intuitivo y astuto inversionista- a un descerebrado jugador compulsivo que arriesgó el patrimonio familiar timbeando en la bolsa.

Cualquier decisión tomada meses atrás, hoy será leída como una locura de un arriesgado o arriesgada…A alguien hay que culpar.

No creo que la crisis se de en la pareja por un tema que tenga que ver con las privaciones o el ahorro. Ajustarse el cinturón o tener dificultades económicas, no tiene por qué provocar que dos personas se conviertan en enemigos íntimos. Lo que ciertamente produce el derrumbe del proyecto en común es la quita de confianza, la crítica despiadada y la repartición de culpas.

Saber que uno puede perder parte del patrimonio, no es lo que transforma a la pareja, haciendo imposible continuar la vida juntos. Tiene que ver con la ruptura de idealizar al otro y respetarlo. A veces, nuestra necesidad de sentirnos admirados y valorados por el otro, se derrumba y eso es lo más difícil de remontar.

Todos somos narcisistas y egoístas. Por eso la infidelidad duele tanto. Y no es un pecado reconocerlo.

Es misión de cada uno saber que en momentos de vacas flacas, marcar el error en el otro, solo acrecentará el caos. Habrá que preguntarse más que nunca qué puede hacer uno por su pareja en vez de reclamar qué puede hacer ella por mí.

Cae el valor de todo, y es entonces un momento para darle el verdadero valor a las cosas que lo merecen. Adular al que tenés al lado y hacerlo sentir que es quien va a salvarte pase lo que pase mientras estén juntos, puede llegar a ser mejor que cualquier receta para pasar otra crisis una vez más…

Frases

“Para mi, trabajar con el cuerpo es una verdadera pasión. Nos tenemos que dar cuenta de que el cuerpo es el templo de uno y hay que cuidarlo. Esto le brinda una gran fortaleza a la mujer que lo practica, yo percibo cómo la mayoría siente que levanta su autoestima, se siente más fuerte.”

“Miro la televisión y veo que las campañas contra el cáncer son estúpidas. Te ponen una diosa de Hollywood visitando enfermos como si fueran refugiados de Haití. Y yo no me siento una refugiada, no quiero que me vengan a hacer una caricia de lástima. El morbo genera campañas idiotas.”

“Lo que me importa es cómo me siento cada día. Me levanto y me pregunto: ¿Hoy cómo estoy?; ¿Estoy para salir?; ¿Puedo llevar a mi hijo a algún lugar?; ¿Tengo ganas de hacer ejercicio?. Ha que amigarse con el día a día. El problema de las campañas es que no les explican a los enfermos qué te pasa, qué te duele, que se te va a caer el pelo, pero igual podés usar peluca, pintarte y salir a pasear”

“Cuando me van a punzar, porque se me hincha la panza, me imagino que estoy en una película de James Bond. O miro historias con heroínas, pienso en mis hijos y digo: “Una madre no puede sentir dolor”(…)”

“Tengo naturaleza de ir al frente, de luchar… Además pensé: ‘Momentito, cáncer, el resto de mi cuerpo está sano, digamos el 95 por ciento, y entonces no voy a dejar que me modifique mi vida’. Por eso negocio todos los días con la enfermedad, rezo, hago ejercicios y meditación activa contra el enemigo. Me alimento bien, como lo hice toda mi vida, priorizando las comidas ricas en proteínas y evitando las fibras. Y sigo laburando, haciendo lo que me gusta. No deseo para nada ponerme en papel de víctima ni nada que se le parezca”

“No niego que al principio pensas: ‘¿Qué haría si me quedan tres meses’. En el shock creés que el cáncer es un pacman que te va devorando minuto a minuto. Pero es un momento. Después me coloqué en positivo. Leo mucho acerca de lo que me pasa, hay mucha información en internet. Hago las cosas que me gustan, mi rutina de gym que me pone bien arriba, y estoy siempre coqueta, como fui toda la vida. No niego que lo primero que hice fue comprarme una peluca, porque para mí la estética es fundamental. Che, es que por sobre todas las cosas soy mujer”

“Basta de hablar de cáncer sin nombrarlo, de sentirlo un tema tabú. Es una enfermedad como tantas, a la que hay que prestarle su debida atención. Pero no podemos andar llorando por los rincones. Mi intención es dejarle un mensaje a la gente, para que no se paralice si se entera de que lo padece. Yo lo tengo muy claro: a mí el cáncer no me va a impedir proyectar una vida feliz”


¿Casamiento o unión de hecho?

En términos legales, conocemos como se llama a la situación de vivir en aparente matrimonio: concubinato. Suena feo, como a inquilinato. Y si lo pensás bien, te das cuenta de que en el fondo, ser cocubino tiene bastante que ver con ser inquilino

Si hay una "unión de hecho", se verifica que dos personas tienen ganas de vivir como marido y mujer, pero por algún motivo o impedimento legal no puede hacerlo. Y no te digo que no "pueden" hacerlo en plural porque de "careta" no tengo nada, y te lo manifiesto con todas las letras... Siempre hay uno que prefiere casarse, y el otro dice que la ley no asegura nada en cuestiones de amor.
 
Claro, curados de espanto, los que pasaron por las denominadas "primeras nupcias" saben lo que significa terminar con un matrimonio, y los que no, apuestan a que a lo mejor encontraron la fórmula perfecta de vivir ajenos a la consecuencias que trae aparejado firmar.
 
¿Tuviste la libreta en mano alguna vez?
Obviamente, antes casarse tenía un sentido claro, amparar a los hijos con todos los derechos posibles. Se distinguía entre hijos naturales y matrimoniales, y los primeros no gozaban ni siquiera de los mismos derechos hereditarios que la ley establecía para los segundos. Pero ya no pasa nada de eso, y los hijos nacidos fuera del régimen matrimonial tienen todo cubierto y pueden dormir tranquilos. Punto y aparte. ¿Pero qué derechos tiene una mujer -no casada- pero que le hace el "aguante" a su amorcito y el contigo pan y cebolla? ¿Qué derechos tiene el poeta romántico que cuida de la empresaria afiebrada que llega a la noche con ganas de que le "reciten poemas de amor"? Con la democracia se come, se educa y demás, como decía un viejo político... Pero si hay amor de verdad, si decidís convivir con alguien y te la jugás, que es lo más difícil... ¿Por qué no casarse? De verdad, con la mano en el corazón: ¿es lo mismo comprar que alquilar?
 
Para el que tiene dudas al respecto y piensa que pasados ciertos años de convivencia los derechos vienen solos como por arte de magia, le aclaro:
 
Los concubinos no se heredan entre sí, excepto que uno haya hecho a favor del otro un testamento por la porción disponible que la ley le permite, según si tiene herederos forzosos o no. Tampoco deben dividir los bienes ya que no existe sociedad conyugal. Si compraran un bien a nombre de ambos, lo que tienen es un condominio, que se reparte de acuerdo al porcentaje que conste en escritura. En el caso de que la pareja no tenga hijos en común, puede suceder que frente al fallecimiento del propietario del inmueble, sus herederos desalojen a la pareja para poder vender dicho bien. La diferencia radicará en que para poder hacerlo será necesario realizar un juicio de desalojo porque el ocupante no es un intruso sino un comodatario (se llama comodato al préstamo de uso).

Una medida de planificación será la de armar un usufructo para beneficiar y proteger al que no es propietario del bien.

Sigamos con el planteo de la pareja que convive y no tiene hijos (en común). Frente a una separación, la mujer no puede reclamar alimentos para sí. Sí tienen este derecho los hijos, para esto no hay dudas. Ahora, si la pareja se casa, los hijos de matrimonios anteriores (llamados hijos afines) sí adquieren derechos alimentarios.
 
En cuanto a las normas legales que se refieren al concubinato nos podemos referir por ejemplo a la ley de locaciones (23.091 art 9), en la que dispone que, en caso de abandono de la locación o fallecimiento del locatario, el arrendamiento podrá ser continuado en las condiciones pactadas, y hasta el vencimiento del plazo contractual, por quienes acediten haber convivido y recibido del mismo ostensible trato familiar.(Igual, la/el que se queda tiene que pagar, obvio, y en el supuesto que el/la que tiene el alquiler a su nombre no rescinda el contrato, cosa que podés hacer pasado un plazo mediante pre aviso, tal como estableciera el contrato).

Otra ley que equipara la esposa a la concubina es la 24.417 inc 1 de violencia familar (entiende por grupo familiar al originado en matrimonio o en uniones de hecho).

Sigamos: Ley 24.24, de pensión, que requiere 5 años de convivencia o menos si se tiene hijos con el fallecido (de ahí la fórmula que confunde con eso de que pasados 5 años es igual a estar casados). Incluso, la pensión tiene que ser compartida con hijos de un matrimonio anterior o con la ex esposa, si en el divorcio había sido declarada cónyuge inocente.

¿Qué pasa cuando hay una interrupción unilateral de la convivencia en las uniones de hecho?

¿Existe la posibilidad de reclamar una indemnización por daños y perjuicios?

Algunos autores lo creen, en especial, aquellos que conciben que es viable demostrar una suerte de sociedad de hecho para dar curso a un reclamo que tuviera sustento en un crecimiento económico forjado de a dos, y puede ser más fácil de demostrar en el caso de haber montado a lo largo de los años una explotación comercial conjunta.

Sin embargo, cómo hacer frente al planteo de quien tomara la decisión de interrumpir el vínculo cuado se ampare en lo que se conoce como"LIBERTAD DE ELECCIÓN". O mejor aún, se refiera a la TEORÍA DE LOS ACTOS PROPIOS. Nadie promete amor eterno, esas son las reglas del juego, y no podés creer en los cuentos de hadas. Lo que no te dan mientras dura el amor, difícil que puedas obtener cuando no queda nada.

¿Igual, a nadie le importa demasiado el dinero, los trámites, las responsabilidades, los derechos o las obligaciones, verdad? Se trata de vivir el amor por sobre todas las cosas, ¿no?

No estoy de acuerdo... El que diga lo contrario, que tire la primera idea. (Si pudieramos tener como en Holanda contratos de convivencia, las cosas podrían ser más claras). ¿Será que todo pasa porque somos más libres y nos resistimos a ordenar nuestras vidas de acuerdo a lo que marca la ley o simplemente detestamos lo que ella establece para el manejo de nuestro dinero?

Te dejo esta duda nomás, a ver si me podés explicar por qué al otro/a le puso "el gancho". ¿ Y el principio de igualdad ante la ley?

Si firmó una vez, no dejes de exigir que lo haga nuevamente. ¿O es que el/ la anterior lo merecía más?


Para INFOBAE

El tiempo pasa...

... y la cuota alimentaria ya no alcanza. Ya se conocen en casi su totalidad la nómina de colegios de gestión privada que pueden aumentar sus aranceles de cuota mensual. Lo que algunas mujeres conocen también es el dolor de cabeza y trámites que tendrán que hacer si el acuerdo alimentario que hubieren pactado con su ex marido no estableciera el pago "en especie" de la cuota del colegio. (¿Quién paga la diferencia?)

Tengamos en cuenta que hay distintos tipos de acuerdos alimentarios. Por un lado, como los acuerdos pueden ser pactados extrajudicialmente para ser homologados por vía judicial, suele darse que los padres determinen la responsabilidad alimentaria que tendrá cada uno (no siempre el hombre se hace cargo de todos los gastos de la vivienda de la mujer, más si ella trabaja, o se acuerda que todos los pagos los hace directamente sin entregar efectivo a su ex esposa). En otro orden de cosas, simplemente se pacta muchas veces un monto X de dinero que cubra todos los rubros involucrados y quien convive con sus hijos, define de qué manera administrar los gastos.
 
¿Si los gastos cada vez son mayores, ya que no hay actualizaciones automáticas del monto fijado como cuota alimentaria, qué hay que hacer? Pedir, reclamar, envenenarse y trasladar el problema a los hijos no es una buena respuesta.

Lo único que queda es recordar que el pacto alimentario no es cosa juzgada, que se puede modificar hasta alcanzar los hijos la mayoría de edad, y si uno se va a hacer malasangre durante tanto tiempo persiguiendo al ex (hasta que cumplan 21), lo más probable es que pierda salud, derroche energía que puede utilizar para llenar su vida de cosas nuevas y buenas, esté nerviosa todo el día, tenga todos los síntomas juntos del DSM IV y hasta descuide su trabajo... Mejor cambiar el lado de la cancha y que el sol le pegue al otro... Una buena carta documento (citándolo a mediación) anunciando un pedido de aumento de cuota es el mejor tratamiento anti-stress que podés tener.

¡Qué importante poder entender que a quien durante el matrimonio le hubieran aplicado el uso del "sexo oculto del dinero" (excelente libro de Clara Coria), y le hubieran dado a cuentagotas lo que era de los dos, en el matrimonio post mortem va a tener que seguir peleando por lo que le corresponde (por lo de sus hijos y por lo propio, porque cuando la mujer cubre lo que el otro no aporta, no pueden ahorrar o progresar)!

¡Qué importante poder entender que para ser verdaderamente libre no tenés que lloriquear para que el otro cumpla con su deber (cumplimiento del deber de asistencia familiar)! Solamente alcanza con saber qué dice la ley y ajustarse a eso.

¿No paga? Reclama por vía legal.
¿No alcanza? Fijate si tenés fundamentos para pedir un aumento:
 
a) Los chicos crecen y sus necesidades varían. Evaluá la fecha en la que se fijó la inicial y verás en qué se modificaron sus hábitos o sus rutinas.

b) Aumento de los ingresos del alimentante.( El indicio en derecho de familia es un factor muy importante, y tal como sospechás, es muy viable dar por cierto un incremento en la capacidad del alimentante cuando verificás que cambió el auto, tiene más clientes, vacaciona en lugares caros, etc. La plata es como el olor a café, no es tan fácil de esconder)

c) Para ir ordenándote, juntá tickets de gastos, boletas de servicios, ropa, esparcimiento, y si no podés más que juntar papeles en el fondo de la cartera aprendé a archivar aunque sea resúmenes de tarjeta.
 
Convengamos lo siguiente: hay un punto donde hay que diferenciar no querer perder el nivel de vida gozado durante el matrimonio de realmente estar frente a una situación donde poder no es querer.

El divorcio empobrece a la familia, es una realidad y hay que ajustarse a ello, pero la zona de conflicto aparece cuando se ve que el hombre puede y no quiere.

Simple, sencillito, sin ruegos, sin caprichos. Acuerdos actualizados y vigentes. No reclames más por teléfono, haceme caso, no te amargues, y sobre todo acordate de que ya te separaste, y que tu úlcera se la podés dedicar siempre al que vendrá.


Para INFOBAE

Grandes contribuyentes

Quien participe de una reunión donde hay un hombre separado, seguramente escuchará cómo "al voleo" él suelta una crítica hacia su ex mujer...

Ya no se trata de la queja burlona de lo que vivieron juntos, el relato fantástico del momento en que el amor murió, la lucha (siempre de él) por salvarlo todo.... El dolor de no tener más una familia, y lo poco que se enferma ahora que nadie lo puede cuidar...Lisa y llanamente, el hombre, en busca de aceptación social y anécdotas similares que avalen que no es el único al que le pasa, contará que la "yegua " de su ex lo exprime cada vez más insatisfecha por lo que le da en concepto de cuota alimentaria.

¿Cuál es el límite y por qué la presión nunca se acaba? ¿Puede una ex pedir el aumento de cuota o gastar encima- la peor de las sospechas- algo del dinero en ella?

Algunos ex maridos tienen tanto odio encima que no toleran siquiera componer en su cabeza la escena donde las tostadas con manteca de los chicos que se compran con el dinero que él aporta sean consumidas por ella, y ni siquiera se calma pensando que engordará como una vaca.


Otros, se dan cuenta que mantener la administración anterior no es sencillo y que a pesar de lo que refleja el INDEC, lo que él ganaba le alcanzaba para eso y noviecita y ahora no tiene ni para ir a tomar un café a la esquina.

Pese a lo que dice Madelleine Albright, que hay un lugar especial en el infierno para toda mujer que no ayude a otra (me encanta citarla) hay que reconocer que muchas veces los hombres que no reniegan de sus obligaciones y dan todo por el bienestar de sus hijos, pierden la partida.

Esto es así, y lamentablemente tiene que ver con la falta de renuncia de algunas mujeres al denominado"nivel de vida gozado durante el matrimonio".... Esto, señoras de tal, es imposible de mantener, justamente porque el grado de deterioro del nivel económico de los matrimonios que se terminan es una realidad contundente. Es directamente proporcional, y si saben dividir, verán que los gastos divididos se empiezan a multiplicar.

La familia no renuncia a nada, y el hombre, lejos de acobardarse, se resiste a perder más que lo que ya le tocara resignar (lo más importante: el techo donde viven sus hijos). Empero, la situación se transtorna y el empieza a vivir con más de lo que puede, muchas veces comprando objetos de lujo o gastando en restaurants y ropa que lo haga verse mejor (alguna gratificación debe tener), y ella, desesperada por no encontrarle la vuelta a su reinserción en el mundo de la soltería, gastará más de la cuenta- algunas hasta piden préstamos y mientras no hay sentencia de divorcio a veces las deudas son solidarias- para mejorar su nuevo "ser".

Resultado, cuando la realidad te enfrenta, los hijos terminan pagando las cuentas y empiezan los pedidos de reducción de cuota, los llamados, las vueltas para que el padre "con retrasos en la cuota" no vea tanto a sus hijos, etc, etc.

¿Cuál es el límite entonces?
Simplemente entender que en un divorcio no sólo hay dolor en el corazón, cuestiones de índole psicológica, duelos, pérdidas, reacomodamientos, fases de adaptación, integración al mundo y otras palabras... Esto hay que dejárselo a los amigos, para que banquen las charlas de los agotadores derviches, a los psicólogos, que la tienen tan clara, a la maestra para que tenga más paciencia con Juancito que se olvida la tarea cuando va a dormir a lo del papá.

Yo propongo que lo primero es involucrar el concepto del dinero, sin anestesia, cuentas claras, enfrentarse a conceptos bancarios, planificarse financieramente, aprender a administrar, contratar un contador, poder reconocer que todos son más pobres y que el "nivel de vida gozado durante el matrimonio" como concepto es genial, pero que si uno se aferra a eso, sólo cometerá un gran error.